El origen del Día de la Candelaria se encuentra en dos acontecimientos bíblicos: la presentación de Jesús en el templo de Jerusalén y la purificación de la Virgen después del parto. El día 2 de febrero se cumple el 40º día desde el nacimiento de Jesús, y de acuerdo con la ley del Antiguo Testamento terminaba el ritual que acompañaba al nacimiento de un niño.
La ley de la purificación era la ley de Moisés que obligaba a todas las mujeres a purificarse en el templo después del parto con la obligación de un sacrificio.
Por mandato del Libro Sagrado, al presentar un niño en el templo había que llevar un cordero y una paloma y ofrecerlos en sacrificio al Señor, si los padres eran pobres podían reemplazar el cordero por unas palomas. María y José, que eran muy pobres, ofrecieron dos pichones.
En la tradición católica, este día es importante porque se trata de la presentación de Cristo ante los fieles, la luz que llega para iluminar el mundo, lo que se representa con la luz de las candelas, de donde la festividad toma su nombre.
En Nuestro Pueblo se celebra este día porque la Patrona de Jérez es Nuestra Señora de la Purificación, a la que se le llama cariñosamente “La Tizná”. Aunque las fiestas patronales se celebran en el mes de septiembre, el día de nuestra Patrona es el dos de febrero que es cuando la iglesia celebra la purificación de la Virgen en el templo.
Para festejar este día, se sacan en procesión a la Patrona con el niño, vestido para la ocasión, y a San José con dos pichones. A continuación, se celebra la eucaristía.
Terminados los actos religiosos, los jerezanos se van a la solana de Alrutan y se comen el “chicharro” (chorizo, morcilla, costilla, lomo, panceta…todo asado en una buena lumbre)
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