30 oct 2015

Día de Todos los Santos

El Día de Todos Los Santos es una tradición católica instituida en honor de Todos los Santos, conocidos y desconocidos, según el papa Urbano IV, para compensar cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles.

En los países de tradición católica, se celebra el 1 de noviembre, mientras que en la Iglesia Ortodoxa se celebra el primer domingo después de Pentecostés. En este día, se venera a todos los santos que no tienen una fiesta propia en el calendario litúrgico.

La enorme cantidad de mártires cristianos que produjo la persecución de Diocleciano (284-305) llevó a la Iglesia en el siglo IV a establecer un día para conmemorarlos a todos, ya que el almanaque no alcanzaba para darles a cada uno el suyo. La primera fecha elegida fue el 21 de febrero.

Sin embargo, en el 610 la liturgia de los santos cambió al 13 de mayo, día en que el papa Bonifacio IV consagró el Panteón Romano donde se honraba a los dioses paganos (antes de la cristianización) como templo de la Santísima Virgen y de Todos los Mártires.

Algo más de cien años después, Gregorio III (731-741) la transfirió al 1 de noviembre como respuesta a la celebración pagana del Samhain o Año Nuevo Celta, que se festejaba la noche del 31 de octubre, en la creencia de que se producía la apertura entre el mundo tangible y el de las tinieblas, y que los muertos venían a visitar a los vivos.

Posteriormente, Gregorio IV (827-844) extendió la celebración a toda la Iglesia.

Cada año, el 1 de noviembre, España celebra su fiesta ritual en recuerdo y honra de sus parientes fallecidos, fiesta que se conoce como el Día de Todos los Santos. En toda la nación, muchas familias, especialmente aquellas generaciones mayores que están más apegadas a las tradiciones, se reúnen en los cementerios para hacer una visita a los seres queridos que han fallecido para hacerles saber que no les han olvidado. Algunos incluso visitan el cementerio unos días antes del 1 de noviembre para limpiar las sepulturas y tenerlas preparadas para el gran día.



Lo más tradicional del 1 de noviembre es comprar flores, especialmente crisantemos, y llevarlas como regalo a los fallecidos. Es el día del año en el que se venden más flores, y los cementerios se llenan de todos los colores imaginables. Es muy bonito verlo. Las iglesias dicen misas en memoria de aquellos fallecidos que supuestamente permanecen en el purgatorio.




A pesar del sentimiento de tristeza que se piensa que tiene el Día de Todos los Santos, este día no es sólo para lamentarse por los seres queridos que ya no están con nosotros. También es un día para celebrar la vida.
Es muy popular tomar unos dulces tradicionales y participar en familia yendo a ver la obra de José Zorrilla “Don Juan Tenorio” (1844), que se interpreta en todos los teatros del país. Esta representación especial se hace en este día porque el acto final de la obra tiene lugar en la noche de Todos los Santos y el protagonista de la obra está muy relacionado con la muerte.


Otra actividad, una muy popular, es salir a la calle o al campo para una tradicional “castañada”. La castañada consiste en reunirse con amigos y mantenerse caliente comiendo las castañas .

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